lunes, 15 de junio de 2020

Últimamente sin nada que expresar...
Un robot, sin propósito ni causa.

Ahogado en una inútil rutina. Las paredes comiendo el oxígeno. Mis sueños ya parecen envases vacíos. Y mi amor parece lo más calmado.

Un animal exhiliado. Atrapado por los mismos miedos. Sin oportunidad de conseguir alimento. Sin capacidad de ahullido nocturno.

Hace meses me arrancaron mis entrañas y las arrojaron al fondo del mar. Fueron mis manos quienes se movieron pero alguien movía las cuerdas que aplastaban mi pecho.

Sediendo a los miedos de un encierro lejos de la libertad ampute algunas de mis plumas hasta el raz de mis alas. También mis colmillos tuve que romper ... Así como parte de mi estructura.

Necesite medicina para dormir por qué mi llanto era caótico. Eso de extrañar y ser extrovertido siempre fue lo mío. Pero ahora lo insípido es común se fue mi mundo estrambótico y mi adrenalina.

Y desde hace un tiempo es una habitación blanca toda la casa. El tiempo pasa y no pasa ... Solo termino mis recursos heredados ... Solo termino lo que queda de mi. En un ciclo sin fin ... A veces algo parece cambiar pero la verdad todo me sabe igual. Un sabor rancio y desproporcionado.

-diario de un extraño-