No controlo la poesía de mi mente. Voraz y poderosa, dulce y piadosa...
En veces gris, en veces blanca, en veces negra.
Mis sentimientos amorfos recrean cualquier escenario donde pueda expresar un poco de amor un poco de calor o solo un poco de atención...
La hostilidad degolla mis días, mutilado amor fraterno, y bosques enormes en personalidades casuales...
Siempre corrí, ahora camino lento. A veces la velocidad es necesaria... a veces el destino, el tiempo, o dios... acomodan cada pieza en el tablero.
-diario de un pensador-