Ese fuego parece ausente...
He sido abatido por contratiempos... Ya tiene mucho tiempo que mi cuerpo se desencarno y regreso la piel.
Hay carroñeros cerca buscando arrancar pedazos, no consiguen morder nada.
Me sorprende la bestia con las marcas me recuerdan sus ojos a viejos aires... Intenta desgarrar mi cuerpo solo consigue jadear y cambiar sus posiciones.
Aun sin ese fuego espiritual no me pueden abatir...
Ni ese círculo que plantea no dejarme salir, dan vueltas como manada y la bestia con las marcas muestra con euforia su descontrolada furia. Pero aún así confío que no será la última noche...
-diario de un nigromante-