viernes, 28 de noviembre de 2014

nota de un cadavér

Estaba en un escenario tan gris como los tormentosos días donde no parecía encontrar una salida, pero en aquellas ocasiones naturalmente existía una solución lógica, morir o vivir. Y si mueres o vives, no es algo místico, es casualidad que respires o dejes de hacerlo.

Esto sucedió cuando estaba haciendo las tareas mas importantes. En ese momento lleno de cansancio me susurró una voz. Estaba seguro de que no había nadie en kilómetros cerca de ese lugar, solo aquellas piedras gigantes azules, la cueva, el árido suelo y mi cuerpo mojado por la fuerte lluvia.

Por mas que me movía y avanzara, aquella voz seguía dándome sigilo, pero cada vez mas sin vergüenza que antes. Haciéndome creer que estaba loco, y tal vez ya lo estaba. Y es que no era cobardía el no seguir las tentadoras voces de aquella voz. Era mi valentía haciéndose presente, mi honor motivándome a morir siempre del lado de los buenos principios en los que creía...

Así fue el camino, hasta que acabe ebrio por la falta de cordura que me causo aquella voz, solo me quedaba inmóvil, sentado esperando a que mi cuerpo se pudriera. Pero mi cuerpo humano empezó a sentir hambre y sed... los dolores eran horribles ... y yo sabía que no podía avanzar mas. Cada que intentaba levantarme, las fuerzas se iban y caía mientras aquella voz se reía de mis intentos...

-nota de un cadáver-

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