Hay una carta guardada... Donde expresó mi caída al abismo.
Como dejé que mi ser se fuera con el sentimiento de la ocasión hasta las profundidades de la oscuridad.
Y como 1870 veces gritaba el nombre que desgarro mi ser. Como un bebé encaprichado. Fue como un berrinche de larga duración.
Mi camino en el abismo me enseñó a ver en la oscuridad. A no creer en nada. A tomar la vida efímera como tal.
-diario de un descomunal-
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