domingo, 6 de diciembre de 2020

 Estamos cruzando la autopista...

La música suena, tan elegante y clásico, me aferro a las palabras de la canción.


El camino es largo. Debo ser el despreocupado que no siente. Un segundo y puedo exponer esto que explota.


¿Qué es efímero...? No se... Siento que solo van unos segundos y no puedo respirar.

Recuerdo mis 15 años cayendo como gotas de agua. Toda la pena y angustia...


Mis sentimientos a tirones... ¡Que casualidad!

Imposible buscar ser el macho alpha de la naturaleza, mi camino es en soledad o con quien entienda esta progresión de sentimientos y emociones.


Que vergüenza... No va mucho tiempo y empiezo a sentir el vacío entrar lleno de inseguridad.


Pero tal vez en una salida del camino pueda acercarme un poco más a ese bello rostro.

No hay muchas oportunidades... Y no quiero que mis palabras me esclavicen... (¿soy un cobarde?... Tal vez... Yo lo veo como doble prudencia {aunque no siempre he sido prudente})


Deseo lo que esta en mi cabeza se pueda realizar. Deseo esa melodia recorra todo tu cuerpo... La incomodidad de la proximidad. Que todo tu ser brille y lleno de nervios se aproxime a mí. Y quedar sin aliento... Y resultar muerto de una colisión de labios.


-diario de un decimonónico-


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