Ese veneno dulce que corria por sus labios me adormecieron el dolor. El dolor del mundo que herede de mis ancestros.

No me arrepiento de aventurarme en salvajes rios sin nada en los bolsillos. Nunca hubiese sentido el vibrar de ese respirar.

Este destino aniquilante que cambia cada 5 segundos. Me partio en 2 el sentir. Pero este bello universo que se creo en la cabeza y el corazòn será una luz en la biblioteca de mis memorias. Una gran historia con oscuridades que arrancaban mi piel y caricias que me volvían al mundo. La esperanza cuando mi mano se juntaba con aquellas delgadas manos.

Caminaré nuevamente y encontraré nuevos tesoros. Siento la angustia de no volver a sentir aquel cuerpo. Mi aventura de frìo y calor. De día y noche. Aun si olvidando ... reconozco nunca había sentido el corazón asì de entero así de contento, así de desangrado. Es tiempo de regresar a aquel camino.

-diario de un aventurero-