lunes, 13 de enero de 2020

Y tu esencia me provoca bailar para siempre.

Un cuarto grande oscuro, luces de color entran y salen, es un adornado cuarto, cosas parecen de hace siglos otras innexistentes. Suena música vario pinta que provoca estruendos y silencios. Mis pies marcan un compás e intentan ir con el ritmo, mientras seres amorfos pretenden hacer perder mi ritmo.

No comprendo pero es una dicha estar vivo ... Y puedo ver cosas que tal vez nadie pueda ni deba ver...
Aquí estoy bailando con seres desconocidos, algunos bailan algunos atacan pero mis pasos encienden fuego y se calcinan sus deseos.

Un paso adelante, un paso atrás. Parece ser que el ritmo empieza a tornar tropical. Este cuadro oscuro con luces provoca una playa ... Se siente la arena y la briza ... Y mi cuerpo pareciese el sol ...

Mi piel se pega al cuerpo, músculos se tensan, empiezo a sentir lo exótico de este lugar...

Y entonces al mirar al techo ... Esta ese rostro ... Uno bello, uno que me provocó evolución (un bello voragine emocional) ... Su sonrisa me hace perderme, mi fuego es más fuerte. El cuarto se expande hasta el infinito. Y aquellos amorfos terminaron en cenizas de el fuego que yo emanaba... Los ritmos de música subieron su nivel luego fueron bajando... Hasta el silencio total ...

Ya no existen paredes ni adornos... Solo oscuridad y luces... Tengo miedo que al mirar el techo desaparezca su bello rostro...

Así que con valentía bailaba en la oscuridad y luces... Finalmente mi mirada al techo. Que bella odisea ver tu rostro lleno de luces colores... Se dibujaba tu rostro tu sonrisa...y mi fuego era ya inmenso, deseaba consumarme con tus luces.... Era adrenalina, era paz, sentía que mi cuerpo iba a estallar...


Logré des hacer mi cuerpo y ser solo fuego ... Me acerqué lleno de energía, el fuego parecía repelerse pero más esfuerzo valió para al fin cumplir mi capricho ... Nuestras caras quedaron pegadas... Sentí frío y calor. Nuestras bocas después de no se que tanto estaban unidas pero ya no éramos humanos.

Consumados podía hasta escuchar tus risas...  Sentí tu cabeza en mi pecho ... Y qué el tiempo no existía ... Era un Sábado eterno, y no era necesario ver algo más
que existiera. Fue como la fuente de vida... sin embargo poco a poco una realidad me llevaba a otra... Desaparecía la luz... Me regresó a un cuarto a media luz amontonado, con libros y aparatos. Desde entonces  estoy en mi cama...

-notas de un lunático-

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