martes, 19 de agosto de 2014

Siempre muere a la mitad de la noche, nunca llega a la hora adecuada ...
Yo le veo desde aquí arrastrarse una y otra vez hasta llegar a esa maldita hora ...
Esta maldito por los dioses, su carne putrefacta hace que mis ojos de mármol saquen lagrimas. Condenado como yo a vivir en este asqueroso lugar, atrapados en días grises, en días lluviosos, sin rayos del sol. Solo horas grises y oscuras. 

El maldito se levanta a las 7 de la noche y muere a la media noche. Cada día tiene menos piel, menos pelo, y es mas deforme. Todo lo contrarió a mi. Siempre firme, siempre completo, siempre bello. Le oigo gritar de dolor, no deja de maldecir y gritar por su madre. A veces tienta mi corazón su llanto, pidiendo a su madre perdón, lamentándose por no haber estado con ella. Sufriendo y llorando mientras se arrastra por este basto jardín lleno de tumbas ... esperando durar mas de la medía noche, esperando por un pacto. Esperando la hora adecuada donde el pueda regresar.

-diario de un efigie-

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