jueves, 20 de agosto de 2015

En múltiples ocasiones contuve demonios que surgían dentro de mi alma, impulsos que destruían mi paz ... Solté la aberración al mundo y este fue destruido, sin embargo recibí un castigo celestial. Seres extraños de otros mundos vinieron a detener la magnitud de mi fuerza ... regresaron en el tiempo, reconstruyeron el mundo y me buscaron en la época donde todo comenzó. Asesinaron a mis padres...

Yo aun existo, pero en otro plano. Puedo contemplar la belleza desde arriba, mi odio y resentimiento se fue con la fuerza ilimitada. Desde arriba observo, me limito solo a observar. No puedo hacer nada mas que observar, pero he notado divinidad en mi acción. He observado grandes héroes nacer, he observado gente que da la vida por otras personas. He visto la contra parte, pero como fui despojado de sentimientos de odio y rencor. No puedo ni fruncir el ceño.

Cada medio milenio soy visitado por los seres que alguna vez me vieron con miedo. Aquellos seres celestiales que me volvieron algo mejor. Los seres celestiales y yo tenemos reuniones como las que alguna vez tuve en mi mundo. Algo mas elegantes, algo mas blancas. Nuestras reuniones duran medio siglo, inspeccionan conmigo, me preguntan que tanto a cambiado, me dicen si he notado algo inusual.

Les conté de un par de personas que observe, les conté de Buda, Confucio, Socrates, Jesús, como exponentes importantes con bellos pensamientos. Les conté de estrategas como Alejandro Magno, Cesar Augusto, Carlo Magno, Ghengis Khan. Con esto les explique como ha evolucionado la guerra militar. Les mencioné de la influencia de algunos personajes, como es el caso de Jesús, volvió adeptos con su historia, y estos generaron iglesias, pero estas fueron manejadas al final por gente despreciable. Lo que llevo a una época oscura de la cual apenas se esta saliendo. Les conté de sanguinarias ordenes, guerras, disputas. Les conté que si mi estado divino me hubiese dejado hubiera soltado lagrimas y hubiese sentido dolor.

Los seres celestiales, contentos y asombrados por las historias que les contaba, me preguntan si vale la pena dejar aquel planeta que siga su rumbo, o destruirle y no siga consumiendo recursos del universo infinito.

Pensativo a esta interrogante, les dije que aparentemente el mundo iba deteriorándose mas cada que evolucionaba. Toda su naturaleza se alteraba y destruía. Pero que en cada época habían personas brillantes, personas inteligentes, personas con bellos sentimientos.
Si no fuera por esas personas, el mundo puede destruirse sin que yo ponga o abogue por aquel planeta que alguna vez fue mi cuna.

Los seres celestiales me vieron con asombro, se alejaron un poco. Después hablaron entre ellos. Paso una cantidad de tiempo insignificante y se me acercaron. Me dijeron que volverían después a seguirse deleitando con la belleza de el planeta y tomarían su decisión.

Ha pasado un milenio desde nuestra última platica, desconozco si vayan a regresar, si volveré a tener contacto con ellos. Quizá desde lejos miran aterrorizados en lo que se ha convertido lo que yo siempre observo. No puedo moverme de este lugar, pero tengo la sospecha que si deciden destruir el planeta yo seré destruido también. Suena lógico.

Si llegasen a regresar los seres celestiales, no creo vaya a argumentar en defensa de este planeta, el mundo se volvió un lugar hostil, un lugar lleno de putrefacción, lleno de engaño. Los héroes de esta época son oscuros, son viciosos, tienen un cáncer en el corazón. No hay pureza ... los infantes crecen con ideales vacíos, se vuelven fríos e inútiles, con razonamientos calculadores y poco esperanzadores.

-diario de un sobrehumano-

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