miércoles, 29 de junio de 2016

Un canto divino se entierra en mi alma, la esperanza de ser pleno, la dicha de vivir honorablemente . . . ese lugar al que nunca llegue, ignorando las cosas que no son importantes, pisando con fuerza cada adversidad. El mundo nunca va a callar, pero el espíritu se fortalece con la sabiduría, una sordera en forma de armadura.

Ansío con fuerza llegar a ese nivel, deseo con fuerza ignorar y olvidar como debería ser ... no pasar otra noche, ni otro día pensando en las palabras que agujeran mi ser. Quiero olvidar el dolor y la sensibilidad con la que fui creado. No dejar mi humanidad con apatía, para ser otro señor de oscuridad (nuevamente). Entonces mejor dejar mi túnica negra/gris y portar una blanca. Enterrar las ropas de niño y caballero de oro para ser el sabio blanco ... 

Creo que aun falta tiempo para cambiar la espada por el báculo. Recapacitando mis últimos melancólicos párrafos, el sabio blanco tiene 1000 marcas en su piel. Falta un largo camino, falta pelear mas. Marcar con heroísmo la vida de cientos. No debe decaer el ánimo, necesitaba analizarlo para dar otro respiro. Este último párrafo esperanzador es la luz y el espíritu que habitan en cada corazón de bondad. Esta energía es la esperanza de mis grandes mentores, y mis grandes influyentes. Desgastare mi estatus de caballero hasta el límite. Seré el sabio con mas recuerdos y marcas. Seré único e irrepetible ... Seré aquel que sabe dominar los silencios, aquel que su palabra viene lleno de sapiencia.


-notas de un caballero-

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