martes, 12 de abril de 2016

Siempre tendré miedo de la humanidad, de mi propia humanidad, de la humanidad de todos. Solo puedo avanzar como un arma cuando me toman en brazos, dirigiendo mi rabia y energía hacia el que dicen es enemigo. Y yo sin calcular, siendo fiel a la palabra de los que dicen querer, a veces en automático se responde por tan mal ambiente existente. No es queja, ni un lamento, es un trago amargo. La utopía no existe, nunca existió. Solo fui un peón que creía hacer todos los movimientos de un rey. Soy un fraude, le falte a mi espíritu aventurero, le falte a mi valor, me sumergí tanto tiempo en el ambiente que deje de ir contra corriente. Pienso he perdido el sueño, pienso en que quizá me volví un cobarde. 

Y repaso todo el tiempo las bondades de las cosas, la utopía tiene una deficiencia. No permite el honor, entonces me arde todo por dentro. Entonces el mundo verde, el oscuro planeta del que salí parece ser mas optimo para echar raíces. Se que existieron y existirán mas defectuosos como yo, con tanta preocupación, con tanta curiosidad, con tantas ganas de hacer algo para cambiar. Temo regresar a las viejas tendencias suicidas de juventud, soy un maldito adulto, creo que ni lagrimas tengo. 

Puedo sentir la locura en mi cabeza, ideas y voces. Ideales y mensajes. Puedo sentir aclaración y dos respiros llenos de oxigeno. 
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Cambiare una vez mas, una dimensión diferente fue atractiva ... por por que esperar a que lo que esta ya construido te brinde esa sensación de goce. Haré mi propia ciudad, mi propio reino, todos serán bienvenidos siempre y cuando aprueben su valentía. Será un paraíso de valentía. Seremos llamados por altruismo, bondad y valor cuando otras ciudades necesiten nuestros servicios, nuestra protección. Entonces los defectuosos seremos lo mas respetado del mundo ... 


-diario de un ciudadano de utopía- 

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