martes, 21 de febrero de 2017

Decide romperlo y destrozarlo ... 

Abre sus brazos y rompe dignidad. Rompe el temple, destruye la seguridad. El único capaz de ignorar sus efectos es el mismo demonio oscuro dueño de las tinieblas. También se dice que el temerario del mito es capaz de superar su tremenda fuerza emocional y física. 

En estos momentos aquella aberración rompe personas, destruye sus huesos y se escuchan hórridos gritos de sus víctimas. En parejas , en tríos, en grupos. Logra hacerles llorar y estirar sus emociones hasta quebrarse, para luego con sus enormes brazos destruir su carne. Despojarlos de sus vidas y escuchar el sonido de sus huesos y órganos. 

No hay forma de pelear, ni si quiera de huir contra aquella perversa criatura. Las calles, los cerros, las aguas se tornan rojo. Una masacre descomunal. Fuera de esta dimensión, otra proporción, otros colores. 


-el día que el cielo se rompió- 

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