viernes, 24 de febrero de 2017

Para cuando lean esta nota, probablemente yo ya este muerto. Este es un recuerdo de el demonio mismo. Hace muchos años ocurrió...


Recuerdo su historia, recuerdo como llego a este lugar. También como asesino a todos los que residían allí. Su caminar tóxico, su olor, su voz, todo con un toque de radiación. 

Asesinaba sin pensar y sin quererlo. Simplemente su cuerpo expulsaba sustancias tan tóxicas que cualquier ubicación denominada como "ciudad desastre" no se comparaba con un humano con poder radioactivo ilimitado. 

Un momento caótico fue cuando su pareja cayo al suelo. Siendo el único que defendía a la criatura que estaba desbordando niveles radioactivos. La gente quería matarle y este pretendía defenderle, pues ella nació como un humano. Y merece tener una oportunidad de vivir. Desde lejos yo lo entendía, era la frase "nadie merece una bala, ni si quiera si el fin justificase los medios" ... Pero al caer su amado al suelo, sin respuesta. Ella enloqueció. Su amado había muerto y podíamos adivinar que era lo que emanaba de ella la causa. 

Pude atestiguar como la ignorancia superaba todos mis niveles. Ella empezaba a transformar su carne en algo mas, la piel se le rompía. Chorros de sangre salían de su cuerpo. Sustancias amarillentas también salían. Horribles gritos expulsaba la masa sanguinolenta que se movía bruscamente. Corrí con todas mis fuerzas, aunque mi condición cambiaba segundo a segundo. Por alguna extraña razón algunos defectos que tuve de nacimiento como el estar mudo y un deficiente caminar, cambiaron con la radiación que le brotaba a esa mujer. Parece que siempre vivió aquí, y cambió su condición. La mía también. 

Al correr mis pequeñas piernas se atoraron con unas ramas, caí al suelo. Mi boca pego con una piedra, perdí 3 dientes. Tenía el cuerpo lleno de adrenalina, miedo, y confusión. Los gritos de aquella mujer transformada en masa de sangre aterrorizaban mis oídos. Cuando miraba lo que estaba dejando atrás. El horror abordo todo mi ser. Cables emergían de la masa de horror, se disparaban hacía la gente y esta era absorbida a la masa de sangre ... El cuerpo inanimado de quien alguna vez fue su pareja era devorado por aquella masa. Y sin mentir escuche el sonido mas horrible del mundo, sonidos que en mi corta existencia había escuchado, y ahora en la actualidad nunca he escuchado algo igual. Era un grito de un animal gigante, era un rugido, una exclamación. Sonaban varias cuerdas vocales en una en gritos, parecían perros, lobos, y humanos gritando al mismo tiempo. La masa de sangre y carne crecía de manera anormal. Los gritos aumentaban gradualmente. Ella, eso, era un monstruo. Nunca en mi vida había visto uno real, desde ese día lo paranormal es parte de mi creencia. 

La escena parecía sacado de un escritor desquiciado. Y había leído grandes escritores y esto no se parecía ni a la mezcla de los exponentes mas grandes del terror. Esto era real, olía, interactuaba, mataba. Y esos cables que emanaban de ella, de eso. Se acercaban a mi, estaba seguro que iban a arrancar mi piel, como la de todos los demás.

Sorprendido de no haber muerto aun, seguí arrastrandome hasta llegar a las afueras desérticas de la ciudad. Donde cada vez se escuchaba menos el grito desconsolado de ese (o esos) ser viviente. Caminé, me arrastré, pero mi cuerpo termino rindiéndose. Mis energías desaparecieron, solo era oscuridad. Ya no podía abrir mis ojos ni moverme. Y no podía gritar desde que tenía memoria. Solo me rendí en la nada, en la oscuridad. Esperando esa criatura no llegara a las afueras de la ciudad y comiera este imperfecto cuerpo. Sentí las horas en la oscuridad, y escuchaba incluso sonidos mas hórridos. Al final no escuchaba nada ... al final ya no sentí nada... 


-diario de el anormal- 

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