viernes, 3 de abril de 2020

Así como el viento desvaneciendo ...
Lo que mi pecho con garras se aferra. Pero siempre ha sido intocable lo espiritual...

Y el futuro alternativo donde una cuarentena pasamos abrazados...

En medio de la vida, de imágenes y fantasía.
Correr a todo pulmón estar fuera y mirar desde lejos.

Rezar a lo espiritual, a lo místico, a mí Dios ... Que cuide su alma.

Esta vez ... La prudencia solo queda en el exterior. Mi mente es una máquina constante de imágenes y pensamientos. Al menos mis impulsos son imperceptibles. Y si son perceptibles la demencia nunca abandona como herramienta.

Esos vientos que chocan ante mi ... No dejen de soplar. Soy atormentado desde que tengo memoria. Y esta brisa mística me brinda fortaleza. Aunque no sea escuchado, aunque ya el camino del viento no sea de su gusto. Agradezco los aires que atravesaron la piel y se adentraron a mí alma.

Gratitud a lo excelso...
Gratitud a la incertidumbre ...
Gratitud al espíritu que no muere una y otra vez...
A la vida que me regaló todo esto entre tintes caóticos.

-diario de un anónimo-

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