Temo que mis adentros no sean atractivos ...
Y que la carcasa que tengo de cuerpo sea lo único que puedan notar ... Independiente de lo estético.
Temo el silencio, el rechazo, el pasar desapercibido a dónde late más fuerte mi pecho.
Pero como monje sentado meditando en mi amor propio ... Y que no hace falta nada para decir que se ha vivido.
Y solo son caprichos de la necesidad de estar en armonía con la imagen que impuso la realidad de una pareja para sobrevivir...
Pero si a quien anhele nunca estuvo, y si de quién me enamoré se robo mi miel ... Es insípido, y son destellos de dulce ... Pero no niego que mi motor con nobles almas se activa como maquinaria ancestral.
Así será siempre espero... Que vea la piel y debajo de la piel...
-notas de un pasajero-
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