lunes, 13 de abril de 2020

Del terror y todos los demonios.

Adepto en locura. Gerente en distracción.

Es fácil perderse y aburrirse. Y muy sencillo sentir dolor de todo lo que no se puede ver.

A veces no quiero vivir, y otras no quiero morir. Pero me anima la capacidad de representar cosas. Hay vida en mi mente que nunca se calla. Hay universos con longevidades variopintas en mi mente. Nadie entiende, pero es un equilibrio extraño sonreír, caminar, y sentir caos. Tengo mas de dos décadas pensando en la dificultad de respirar.

Todo lo que tocan mis manos tienen altas probabilidades de romperse. A menos que sea ajeno. Tengo un elemento de entrega a los seres humanos que tienen nobleza en su mente. Y otro horrible que condena la maldad. He matado en mi imaginación incontables veces, desde infante pude ver morir a mis enemigos. No era muy difícil destruir.

Cuando fui mas débil. Tenía ganas de dejar la existencia. Tenía ganas de morir, y ciertamente lo intente. Pero como en muchas cosas en la vida, fracase.

El sentimiento banal de morir en arrogancia en gloria, y nunca conocer a un dios. O tal vez si; pero de ser así todos están condenados a una adrenalina infinita. Pero oh por que me dejaste tener tan malditos pensamientos ... Por que me dejas escuchar/observar la ignorancia de la gente ... Por que me obligas a no merecer la felicidad que encontré en Green Hill.

Siempre fue el desvarío ... nunca existió la cordura en mi caminar. Lo acepto, y me acepte. Todos y cada uno de mis torturantes modos.

Lo recuerdo bien ... no se si fue real pero lo recuerdo ...
Me convertía de noche en vigilante. Me comía pecadores, destrozaba sus cuerpos. Arrancaba sus pieles. Jalaba sus venas y articulaciones. Podía separar los huesos de la carne fácilmente. Destruía entre mis dedos fibras musculares, organos. Quienes me hicieron llorar tenían la carne volteada. Violadores eran desollados en la oscuridad. Los padres abusivos eran sometidos por gente sin rostro, solo lloraban sin ver la expresión de su verdugo. Los abusivos estaban hincados ante mi llorando. Y mi risa era aun mas gruesa, que hasta me aterraba. Lo estaba entendiendo ... Yo era justicia sanguinaria. Mi risa opacaba el lamento.

Un movimiento mas y cortaba asesinos, mutilaba a diestra y siniestra. Y eso causaba placer en mi, la sangre provocaba euforia. Mi risa era justicia auditiva, causaba terror. Mi fuerza era inhumana. A veces tomaba mi tiempo para hablar con propiedad por que les azotaba y asustaba. La regla era simple, la maldad era castigada por mi. Yo era sangre, filo, fuerza, dolor. Yo era justicia sanguinaria, yo era fuerza imparable. Y traía toda clase de deformidades a ayudarme a asustar y destazar al vil. Era la justicia mas violenta ... y de noche todo parecía una obra de arte.

Cientas de cosas y formas bizarras adornaban mi noche, era una justicia deforme. Era llevar el pavor al máximo antes de que dieran su ultimo respiro. Me provocaba el terror de la noche. Los gritos del cobarde. Solo me apetecía sacar mas maniquíes sin vida, moviéndose pausadamente y enfermamente. Indestructibles... y correr no ayuda....

Mi noche continuaba con texturas, y formas... esta vez podía ver patas de araña gigantes con lindo pelaje en las paredes... sujetando al maldito. Y aterrandolo mientras formas irregulares carnosas se acercaban a tomar su energía vital.

Para mi esto era un goce ...
...

pero poco a poco mi fuerza regresaba a la de un humano normal... y mis orquestados entes y creaturas se desvanecen ... empecé a sentir el miedo ... mientras me hincaba y lloraba en un piso entero lleno de sangre.

Estaba solo en la oscuridad, completamente solo...

-diario de un engendro-

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