viernes, 31 de marzo de 2017

La noche en que partió el avión del 80

Ardor hasta el fin, un rayo de rock n roll.
Las puertas se cerraron, ahora abrazo solo mis brazos ... 

Las noches se volvieron centinelas de emociones...
Duermo solo y el estéreo ya no me produce placer ... 
Corría entre destellos de destino, abraza y tocaba tu mano; era solo un sueño. Ahora eres solo un sueño. 

Si me vuelvo mas realista, te pierdo para siempre de vista.
Si me vuelvo mas sentimental, me duele hasta la espina dorsal.

Un dilema eterno, donde ningún alcohol, ni relajantes pueden regresarme la cómoda y simulada fiesta adulta. 

Tu y yo somos fuego eterno. 
Tu y yo somos gasolina en pleno infierno. 

Rodeados de gente que nos hace feliz, y abrazados con la persona que nos hace hecho mas feliz. Es hora de romper la puerta, un segundo mas y nos rompe el cuerpo. Un minuto mas y caemos rendidos en mar de dudas.

La misma duda que da vueltas en nuestras cabezas. Esas noches pensando si dar un paso adelante o regresar a donde existe una corriente llena de felicidad. 

Si me vuelvo mas realista, te pierdo para siempre de vista.
Si me vuelvo mas sentimental, me duele hasta la espina dorsal.

Un dilema eterno, donde ningún alcohol, ni relajantes pueden hacerme sentir la verdad de nuestro fuego.

Tu y yo somos fuego eterno. 
Tu y yo somos gasolina en pleno infierno. 

La electricidad de nuestro mal carácter sube la potencia y la confianza. Abrimos mas puertas que nadie, conectamos mas que nadie, y amamos mejor que nadie. 

Si me vuelvo mas realista, te pierdo para siempre de vista. 
Si me vuelvo mas sentimental, me duele hasta la espina dorsal.

Un dilema eterno, donde ningún alcohol, ni relajantes pueden regresarme el sentir de tu piel, ni la calidez de tu boca. 

Tu y yo somos fuego eterno. 
Tu y yo somos gasolina en pleno infierno. 


-Carlos Lanz-

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