miércoles, 26 de abril de 2017


Desde mi primer memoria la desdicha peleaba con una luz. Los años cincuenta no dieron una gran acogida a una familia ilegal. La nación de supuesta libertad acosaba con fervor a mis padres. 

Al borde de la línea. Los destructores me quitaron la vida frente a mis padres. No recuerdo un dolor mas intenso que cuando arrancaron varios de mis órganos. Los llantos de mis padres los recuerdo hasta el último segundo de mi vida mortal. Corrieron con mi cuerpo, la muerte ya estaba presente. Mis padres abandonaron el cuerpo cuando las pulsaciones cesaron. Frente a un bonito árbol mi pequeño cuerpo estaba. Mientras yo podía mirar en amarillos y azules como se lamentaban, su lamento me hacía llorar. Tomaron un filo y mi padre corto el cuello de mi madre, mi madre el de mi padre ... mientras agonizaban se tomaban de la mano y se arrastraban hacia mi. 

Dure muchos días, meses, años. Esperando algo, sintiendo algo. Vi la familia entera llegar a fusionarse con la naturaleza. Aprendí el crecimiento de esta. Crecí aprendiendo como funcionaban partes del mundo. Sin dirección y sin guía, a veces me alejaba del sitio y volvía. Cada que me alejaba hacia la ciudad me sentía desvanecer. Pero siempre los ferales me arrastraban de vuelta cuando estaba tirado. Durante mi estancia, muchos caminantes llegaban y platicaban conmigo. Pero nunca escuchaban lo que tenía que decir. Solo hablaban y hablaban. Aprendí sobre amores, el compromiso, la infidelidad, el sexo, el alcoholismo, el homicidio, la inteligencia. Todos los que llegaban a ese lugar iban con peculiaridad a buscar serenidad y/o tranquilidad. A veces dejaban recuerdos que se volvían mis tesoros. 

Cierto día decidí irme de ese lugar. Mi cuerpo no mortal había crecido. Llegué a el primer bar cerca de la carretera donde fue mi hogar tantos años, Gioia-bar. 

II

En Gioia-bar. Bill Haley And His Comets adornaba la acústica. Vi gente bailar, algunos rostros me parecieron familiares. Me dirigí a una larga barra y un señor hostil me pregunto sobre dinero. Afortunadamente guardaba dinero de los que visitaban mi hogar en la vieja carretera. Me dijo con voz fuerte "que vas a querer", y en verdad no sabía que iba a querer. Fue la primera vez que salía de mi viejo sitio. El señor hostil me grito nuevamente "que vas a querer", le conteste que lo que tuviera y valiera el papel de dinero que tenía en mi mano. Lo tomó y me dio una bebida oscura en un vaso. Mi primer sorbo fue extraño, la cara del señor hostil clavada en mi rostro, pero esta vez con un gesto gracioso. Al parecer esperaba una respuesta. Le dije lo extraña que sabía su bebida. "Bourbon, calidad y orgullo de nuestra nación" me contestó. Seguí bebiendo hasta que gaste la mitad de mis papeles. Mi cuerpo relajado y mi cara alegre. El señor hostil me contó su historia. Su nombre era James, fue actor y un habilidoso piloto de carreras. Pero a raíz de su último accidente se quedo sin nada. Fue cuando encontró este bar, y aquí tiene ya un tiempo. Incluso una pareja, me señalo una mesera muy hermosa. Judith. Y mostró su afecto hacia ella cuando juntaron sus bocas. Quede sorprendido, me recordaba a los besos que se daban mis padres. Le comente a James sobre un poco de mi vida mientras tomaba mi último vaso. Me dijo "lunáticos como tu pocos, sabía que tenías algo especial". 

Me quede observando la gente que adornaba ese lugar, bailando al ritmo del rock n roll de Ritchie Valens. Una y otra y otra vez hasta que mis ojos se cerraron. James fue lo primero que miré al abrir mis ojos. Me ofreció quedarme en su hogar, un remolque tras el bar. Así fue durante mucho tiempo, aprendí sobre bebidas, y me ganaba papeles sirviéndole a la gente. Esa ocasión sentí una familia nuevamente. James, Judith, y yo teníamos una gran vida. El desértico lugar de la carretera nos traía peculiares personas que contaban grandes historias. Todas las creía, hasta que James me hizo entrar en razón que la boca de los hombres no siempre sueltan la verdad. La vida era buena en ese lugar. Los proveedores venían en Viernes y a veces desaparecían y dejaban todos los productos a nuestra disposición. Los fines de Semana, jugábamos ajedrez James y yo, mientras Judith horneaba un pastel. O Judith leía sus revistas mientras James y yo asábamos carne. Los demás días eran comunes, Gioia-bar siempre estaba lleno. Y tuve dicha de encontrar un par de mujeres que me entregaban dinero de mas. Aunque en ese entonces me cuestionaba que significaba esa rutina que ellas manejaban de llevarme al pasillo, besarme, tocarme y hacerme felación. Era glorioso estar a merced de sus deseos. Aunque nadie era como Judith, sin duda James era afortunado. 

Judith era la mujer mas inteligente que había conocido en mi anormal vida. Me enseñó un poco de lecturas académicas, un poco de literatura extranjera. Éramos adictos a los cuentos de Edgar Allan Poe, James era un poco celoso con nuestras interpretaciones de los cuentos. Pero James cuando se ponía a bailar en la rocola todas las chicas iban sobre el, eso ponía celosa a Judith. Y miraba como se arreglaban. Confieso que varias veces imaginaba como sería Judith sin prendas. Y si existieron un par de ocaciones donde podía contemplarle desnuda mientras se bañaba. Imágenes de memoria bellas que hasta la fecha resuena. Aunque aun siento pena por fallarle a James. Sin embargo mas adelante, hubo épocas donde practicábamos sexo grupal con chicas del bar, y Judith estaba implícita en la ecuación. Si probe los labios de Judith, así como su piel. Pero no era lo mismo ademas que fui torpe en mis primeros encuentros. Y nunca me ha mirado con la dulzura que miraba a James ... Judith era la mujer que podría cambiar un mundo entero, tenía miles de planes. Pero sabía que podía seguir cómoda, y James era el hombre mas apuesto que jamas hubiese conocido en su vida. Los poemas que ella le hacía a el, eran majestuosos. Nunca pensé que la vida pudiera transformar textos tan bellos. Era como si ella estuviese destinada para el y el para ella. Aunque James no era todo el tiempo afectivo con ella, le mostraba su afecto al menos una vez al día. Todo esto repelía la imagen que tenía de Judith, como un imposible. Caos en mi pensar desde los encuentros y sentir sus labios gruesos ... 

III

La vida se tornaba un tanto aplastante, la rutina aburría. Un día decidí partir, fueron discusiones largas entre ellos y yo. Les exprese mis ganas de hacer música, un extraño sueño que me vino constantemente las últimas noches. James y Judith no querían verme partir pero sabían que tenía que encontrar mi camino. James me dio un sabio consejo: "Si te enamoras de una mujer, recuerda no darle todo tu amor ni todo tu dinero. Se que no lo entenderás, pero cuando una mujer te tiene en sus manos es capaz de destruir tus emociones. Con Judith soy así por que la amo, busco ese equilibrio para que nunca deje de estar enamorada de mi. No me fascina la situación, pero así es esto Stalhund". 

Judith me despidió con un fuerte abrazo y un profundo beso. "Nunca dejes de aprender" me dijo. James me miro con los ojos clavados, melancólicos. Como si no nos volviéramos a ver nunca mas ... 

Tome mis pocas cosas y camine por la carretera; tanto había estado a lado de ellos que ni recordaba donde vivía o que hacía antes de conocerles. Así que seguí un rumbo desconocido. Buscando música, buscando expresar algo que ardía por dentro.  Muchas cosas eran dedicadas a Judith, algunas a un pasado que no lograba recordar, y otras a las tardes de ajedrez con James. También un remolino de Presley, Valens, Berry, Cash ... quería su sonido, quería mis pensamientos con su sonido. Caminé por días, no sentí hambre, sed o cansancio ... simplemente si estaba aburrido de caminar me tumbaba en el suelo. Si quería refrescarme un bourbon obsequiado por James curaría sed. Hambre nunca he sentido en realidad. Siempre hay algo que mantiene ocupada mi boca. También tenía una manía hacia el tabaco. James me inculco el cigarro 3 veces al día. Es algo que solía hacer muy seguido. La larga ruta no parecía pesar. Una gran ciudad cada vez mas cerca en el panorama. Luces y sonido se apreciaban a lo lejos. Estaba cerca de un destino desconocido que esperaba con ansias. 

La gran ciudad cada vez mas cerca de mi, mientras anochecía. Un letrero anunciaba "HELLIGDOM - 2 MILLAS" , cada vez mas cerca. Sentía el retumbar del suelo por la música, las luces empezaban a cegar de lejos, y la noche cada vez se hacía mas presente. Los nervios me consumían, pero seguí el paso hasta llegar a los primeros establecimientos, sus extremos. 

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-BIENVENIDOS A HELLIGDOM-

Ciudad de los perdidos, de los recordados, de los amados. La tierra para cultivar diversión y cultura. La ciudad de las estrellas. De la música, de la fotografía, de la pintura.


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((Recuerdo bien, por que aun tengo la placa de la ciudad conmigo en la actualidad.))

Regresando a mi travesía. Helligdom se manifestaba a mis ojos. Nocturna, llena de luces, llena de sonidos. Gente bailando en toda la ciudad. Mujeres que acariciaban mi cuerpo y mencionaban cantidades de dinero. Comidas de todo tipo de colores, y olores. Tipos que ofrecían experiencias inolvidables en la compra de sus productos. A pesar de todo este debía buscar el sonido de rock n roll en la ciudad para comenzar algo. Fueron mis pasos los que me llevaron hasta una fuente en medio de la ciudad con algunos arboles rodeándole, y una extraña iluminación glaseaba la locación. El ruido de la ciudad se mpezaba a desvanecer. Escuche la armonía mas bella que habían escuchado mis oídos hasta el momento. En la fuente estaba un sujeto con una guitarra en sus manos. Tocaba muy lindo, me recordaba a Judith ... imaginaba en cada pausa sus voz, su aroma, su momento de éxtasis. Me acerqué y me hinqué frente a el. 

El hombre me volteo a ver y me dijo : "Stalhund, chico haz venido al lugar correcto. Esta guitarra es para ti. Ven y bebe de esta agua. Te dará fuerza e intelecto." 
Me acerque a las aguas y sin dudarlo empece a beber de la fuente. También limpie mi cara y brazos. Cuando retome la vista al sujeto, el ya se había ido. Pero su guitarra estaba en el suelo. Me senté la tome, y empece a tocar como miraba que lo hacían los grandes. Fallé, pues un desarreglado sonido continuaba. Seguí por horas hasta el amanecer. Seguía en esa fuente de tranquilidad intentando hacer algo. En un desesperante momento me rendí ante eso, y ya no podía mas. Me tire al suelo y al voltear mi cara extraños escritos estaban esculpidos en la fuente, estaba escrito "secretos de la guitarra". 

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-diario de Perro de Acero-

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